Cuando la tecnología nos iba a dejar tontos y ciegos

07 diciembre 2018

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Aunque suene a paradoja, el miedo a lo nuevo es una de las tradiciones más antiguas de las sociedades humanas. Mucho antes de que se inventaran los ordenadores y dispositivos móviles que sustraen nuestra atención y nos ciegan con luz “dañina”, otros advirtieron sobre los perversos efectos de la lectura y las perversas costumbres de la modernidad. Tal y como recuerda la investigadora Gemma Almond en The Conversation, en la era victoriana los medios británicos fueron especialmente prolíficos en este tipo de advertencias. En 1884, un artículo en The Morning Post, proponía:

La cultura de los ojos y los esfuerzos por mejorar la capacidad para ver deben convertirse en motivo de atenta consideración y práctica, a menos que permitamos que el deterioro continue y dejemos a las futuras generaciones a cargo de un mundo que se queda cegato.
En 1889, el Illustrated London News aseguraba:
¿Dónde vamos a llegar? … Ahora que estamos informados por hombres de ciencia de que los ojos usados de forma tan eficiente por nuestros antepasados no serán suficientes para nosotros, y que nos enfrentamos a la posibilidad de que Inglaterra se quede ciega.
Durante muchos años, los llamamientos alarmistas sobre el deterioro de la visión fueron continuos y se atribuyeron al auge de la imprenta, a la educación obligatoria y a la cantidad de inventos novedosos derivados de la máquina de vapor. Hasta el punto de que se hablaba de “miopía urbana” y se advertía de que la “edad de la lectura” y el sedentarismo, con nuevos medios de transporte en los que la gente pasaba las horas enganchada a su periódico o sus libros, iban a causar un gran problema en el sistema nervioso y visual de las personas.

El asunto es especialmente interesante porque recuerda a los llamamientos alarmistas que se hacen hoy en día respecto a las tecnologías digitales. Sobre la distracción y la falta de atención que causan en nosotros los nuevos aparatos, el artículo de Almond me ha recordado una viñeta publicada en 1830 sobre el sombrero multiusos, una especie de Google glass primitivo inventado por un caricaturista que permitía usar alternativamente unas gafas, una trompetilla, una lupa y un inhalador de esencias. El ser humano se iba a volver majara. ¿Os suena la advertencia de algo?

Revolving Hat


Esta entrada se la dedico a la memoria de mi querido y añorado Pepe Cervera, que siempre fue una guía para mí y para muchos y una referencia en la lucha contra la tecnofobia ;)

Más info: Why Victorians feared modern technology would make everyone blind (The Conversation)