Cristo en Siberia

14 abril 2004

Serguiei Torop era un policía de tráfico de la pequeña ciudad rusa de Minusinsk hasta 1989. Ese año anunció que era el hijo de Dios.

Ahora es Visarión Cristo, tiene miles de seguidores y gobierna en una amplia franja de las montañas de Siberia, donde están prohibidos el alcohol, la carne y el dinero. Concretamente le adoran las gentes de unas 30 colonias rurales en el sur de Siberia y su número de fieles llega ya a unos 4.000.

«Para decirlo de manera sencilla, sí, soy Jesucristo. Lo que se prometió tiene que suceder. Y se prometió en Israel hace 2.000 mil años que yo volvería para concluir lo comenzado». Estamos ante el mesías de Siberia, Visarión Cristo, el Maestro, como lo llaman sus miles de discípulos, convencidos de que es la reencarnación de Jesús de Nazaret, que ha regresado para salvar al mundo.

Serguiei Torop, ex policía de tráfico y obrero de una fábrica, de 41 años de edad, vio la luz hace una década. Ahora los visarionitas están entregados a él. Pronuncian su nombre en murmullos. Decoran con su imagen sus casas, sus templos y sus lugares de trabajo. Sus aforismos se aprenden de memoria y se repiten mecánicamente cada día.

Para la Iglesia del Último Testamento estamos en el año 42 de la nueva era, cuyo comienzo fechan los creyentes en 1961, año del nacimiento de Visarión. La Navidad ha sido abolida y sustituida por el 14 de enero, día del nacimiento del Maestro. La mayor fiesta del año se celebra el 18 de agosto, aniversario del primer sermón de Visarión en 1991 y en el cual el salvador desciende de la montaña a caballo para reunirse con miles de juerguistas que retozan en el río que pasa junto a la aldea de Petropaulovka. Al este se halla la Ciudad del Sol.