De águilas y cabritos

19 mayo 2006


"La imagen, según me dijo uno del equipo, tuvo que trucarse, ya que el águila (previamente adiestrada) no era capaz de cargar con tan pesado animal y despeñó a la cabra, que había sido colocada, atada de pezuñas, en lo alto de un risco. Una vez muerta (la cabra) y previamente acondicionada, le vaciaron el interior, le introdujeron papel y la cosieron a fin de reducir el peso y poder filmar la segunda parte de la escena. De esta forma, tras un plano donde el águila captura a la cabra e inicia un vuelo que se torna descendente (no podía con el peso), se insertó un contraplano de la misma, con la cabra ya muerta y rellenada de papel, pero esta vez en vuelo ascendente. Al final, uniendo las secuencias mediante los cortes oportunos en los fotogramas y borrando de los mismos las cuerdas que sujetaban las patas de la cabra, todo parecía obtenido de la belleza casual del momento".

“Sin pelos en la lengua”, Nacho Sierra