El nombrador

18 junio 2006

El poeta español Fernando Beltrán “decidió, hace 14 años, crear una empresa dedicada exclusivamente a la creación de nombres. Sus amigos le dijeron que si estaba loco, que se iba a morir de hambre, que para eso, mejor dedicarse en exclusiva a la poesía...” Hoy en día el negocio de "El nombre de las cosas" marcha viento en popa, ha creado nombres como Amena, Opencor o Faunia, y ha dado ideas como bautizar el centro cultural La Casa Encendida, sacado de un verso de Luis Rosales. Beltrán está convencido de que la poesía es una herramienta utilísima: "Claro, un poeta busca decir lo máximo con las menos palabras posibles. Hay que hacer un esfuerzo de síntesis. Y crear imágenes. Trabajo igual los versos que los nombres: apuntando las ideas en cuadernos y en libretas, en la oficina o en la calle, mientras paseo".

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3 Respuestas ( Deja un comentario )

  1. arkhonómada dijo...
  2. Emocionante.
    Palabra!

  3. pez dijo...
  4. Me quede sorprendido cuando me entere de un tipo que trabajaba en publicidad creando nombre pero de algun sitio tienen que salir.

  5. José María Romera dijo...
  6. En 'La Colmena' de Cela sale un sujeto que se dedica a inventar palabras. En los 40 la publicidad estaba en fase primitiva, así que lo de este hombre no daba para vivir. A lo sumo le servía para que sus contertulios del café de Doña Rosa le invitaran a eso, a café. Si la palabra era buena, a café con suizo. Muchos contertulios eran poetas. Aspiraban a ganar la flor natural en un certamen de provincias. Si se mira bien, Beltrán es una figura evolucionada de esta misma especie en la siempre estrambótica fauna de los letraheridos.

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