"Pero mientras tanto, el artista gallego Rubén Santiago (Sarria, Lugo, 1974), se ha encargado de que el fuego olímpico llegue a Madrid. No con una antorcha, pero sí con ese cigarrillo que fue encendido en el mismo templo de Hera, con el mismo sol y siguiendo los mismos métodos olímpicos. Eso sucedía el pasado 12 de septiembre. Después de su ceremonia vino un viaje de siete días en coche, 3.900 kilómetros, ocho países y 750 cigarros consumidos de todas las marcas encontradas en el trayecto ("todo por mantener el fuego vivo", comenta Rubén).
Durante ese tiempo, el fuego original permaneció incandescente en una cadena continua en la que cada nuevo cigarrillo era encendido con los restos del anterior, manteniendo una cadencia similar a la del relevo de atletas que el olimpismo moderno ha hecho universalmente reconocible".
Enlace: Un cigarro convertido en antorcha llega a la capital (El País). Ver: En cadena (la exposición de Rubén Santiago en Madrid)
Espíritu olímpico
02 octubre 2009
Escrito por Aberrón a las 17:01 | 9 comentarios »
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9 Respuestas ( Deja un comentario )
¿He de suponer que el tio no ha dormido en 7 dias?
Que valor y que ganas de emponzoñarse los pulmones.
salu2!
Y al final es el único fuego olímpico que va a llegar. Lástima
asco, me produce esta noticia
Fuego olímpico no se si será, lo que es seguro es que ha perdido unos cuantos días de vida con la hazaña.
Ale, todos a fumar, que luego la gente dura mucho y el gasto en pensiones de dispara.
Lo del fuego encendido en Grecia, y tal y cual, y pascual, es pura anécdota. En el más puro estilo de la prensa escrita, lo interesante lo ponen al final: "... muy curioso que fuese justamente el régimen nazi el que, en las olimpiadas de 1936 en Berlín, convirtiera la antorcha en un símbolo que ahora nos parece eterno... Además, esa iconografía olímpica coincide en el tiempo con la campaña antitabaco iniciada por Hitler (que pasó de fumador compulsivo a ex fumador), y de ahí que haya usado un cigarrillo como antorcha"
Y ahí queda eso. Coincido con el artista en que las campañas antitabaco se van mimetizando poco a poco (e involuntariamente, por supuesto) con las campañas de propaganda totalitaria.
De hecho los spots anti tabaco surten más efecto en los no fumadores (que se vuelven más intransigentes) que en los propios fumadores, quienes son bastante inmunes a slogans y publicidad del tipo 'el fumar te va a matar'.
Más que dar buenos consejos, las campañas atizan la intransigencia del no fumador... y en ciertas personas especialmente propensas, incluso el odio. El fumador se siente 'minoría perseguida', y en ese sentido el paralelismo denunciado por Ruben Santiago es pura realidad.
Hay gente que tiene demasiado tiempo libre ¿no creéis?
Orale le va a dar efisema pulmonar más rápido que a cualquiera... pero cómo le habá hecho para ir al baño, comer, dormir...???
saludos
Si se entera la ministra de Sanidad censura la noticia.
Un saludo
sólo con cigarros, no le meteria algún que otro yoin, también con algunos buenos vegueros le sería mas llevadero.
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