El secreto de la peste negra

13 octubre 2011


Enterrados en el centro de Londres, muy cerca del Puente de la Torre, los únicos testigos de la mayor tragedia que ha vivido la ciudad han permanecido ocultos durante siglos. Hasta el año 1986, en que se realizaron las primeras excavaciones, no quedó al descubierto el cementerio de East Smithfield y sus más de 2.000 cadáveres fallecidos como consecuencia de la peste negra, la epidemia que azotó la ciudad y acabó con buena parte de la población europea en apenas unos años. (...)

Siete siglos después, un equipo de investigadores liderados por el profesor Johannes Krause de la universidad alemana de Tubinga ha recogido muestras genéticas de cuatro de los cadáveres de East Smithfield y ha reconstruido el borrador del genoma de la bacteria Yersinia pestis, el agente que llegó desde oriente y se transmitió de las pulgas a las ratas negras y de las ratas a los hombres.

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3 Respuestas ( Deja un comentario )

  1. Manuela Perez - Vudu dijo...
  2. La verdad que eso fue horrible, y muchos años despúes se descubre. No puedo imaginar lo que esto significaba para la época, no sabían que hacer. Y lo más fácil era ocultando el problema, que mal!.
    Besos

  3. Bernardo dijo...
  4. Manuela, precisamente si escuchas detenidamente el análisis de John Hatcher (historiador, Universidad de Cambridge) en el minuto 3:25, sí que sabían lo que hacer: enterrar a los muertos.

    Nuestros antepasados sobrevivieron gracias a su autosuficiencia económica a pequeña escala. La sociedad moderna está conformada de otra manera, más interconectada y por tanto interdependiente. Y al mismo tiempo, parece que el sistema inmune humano reacciona mejor y más rápido ante nuevos agentes infecciosos.

    Los pocos datos que apuntan en el vídeo parecen sugerir que la biodiversidad genética en los agentes patógenos va de la mano de la vulnerabilidad de nuestro sistema inmune ante nuevas infecciones. A menor diversidad genética, mayor vulnerabilidad y mayor daño en caso de epidemia.

    Intuitivamente, creo que tiene lógica. Nuestro sistema inmune es una parte más de la naturaleza, y me parece normal que se modifique en función de los estímulos externos, como por ejemplo el contacto con nuevas enfermedades.

    Cuanto más nos mezclemos entre nosotros, más versátil será nuestro sistema inmune.

    No creo que tengamos necesariamente que regresar a un modelo económico de autosuficiencia a pequeña escala, porque no me parece prudente promover las condiciones para crear pequeñas comunidades aisladas del resto, que se convertirían en más vulnerables ante agentes externos.

    Pero para gustos, los colores. Es sólo mi opinión.

  5. Jorge dijo...
  6. Esa no es la verdad, las ratas no lo hicieron fue un envenenamiento cósmico, similar a lo que puede ocurrir con ISON.

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