¿De dónde sale todo ese pelo en el Mediterráneo?

12 septiembre 2014

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He tenido pocos días de vacaciones este año, solo una semana en la playa, pero fue suficiente para observar un curioso y llamativo fenómeno: se han perdido toneladas de pelo corporal en la cuenca mediterránea y nadie sabe dónde están. Antes de continuar con mi hipótesis, observemos el diagrama encima de estas líneas. Lo que veis aquí representado es la distribución del vello androgénico, el pelo que sale en el cuerpo a partir de la pubertad, cuya función es en sí misma objeto de debate entre los científicos.

La versión más extendida es que se mantiene en esos reductos porque juega un papel en la sexualidad y en la propagación de las feromonas, aunque en la Wikipedia encuentro una función algo estrafalaria que no esperaba: aseguran que los pelitos nos sirven como una extensión del sentido del tacto y que (salvando las distancias) los usamos como los barbos que se orientan con sus apéndices en la oscuridad (quizá para detectar chinches y otros parásitos).

La otra curiosidad es la distribución geográfica de este rasgo. En función de distintas variables, los seres humanos que pueblan el planeta tienen distintas densidades de vello androgénico en sus cuerpos y algunas razas, como asiáticos, africanos y amerindios, prácticamente no presentan pelo. Pero observemos ahora el mapa y ese cinturón negro alrededor de la cuenca mediterránea:

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El mapa está elaborado con datos recogidos por los investigadores Stewart W. Hindley y Albert Damon de la Universidad de Stanford y las zonas más oscuras indican mayor presencia de pelo. De un solo vistazo podemos comprobar que mediterráneos y escandinavos poseemos un tupido pelaje en comparación con el resto de seres humanos, pero ¿a qué se debe esto y qué factores pueden influir?

Se han hecho algunos estudios (tampoco demasiados porque no es una cuestión vital) y parece que es un cúmulo de circunstancias. La primera tentación es achacarlo a factores como la latitud y la temperatura, pero como podéis ver no siempre se tiene más pelo en las zonas más frías ni menos en las calientes (no se puede decir que en Túnez o Almería haga frío precisamente). Aquí es donde interviene también la movilidad geográfica: los seres humanos se han movido de unas zonas a otras, lo que explicaría que los amerindios (que llegaron de Asia a América) o los pobladores de Groenlandia tengan también poco pelo.

El otro factor interesante es el de la selección sexual. En ocasiones, un rasgo determinado se ve reforzado por la preferencia sistemática de ese rasgo por uno de los sexos. El zoólogo de Cambridge Charles Goodhart cree que hace unos 100.000 años, mujeres y hombres empezaron a seleccionar a aquellos que tenían menos pelo y que eso determinó que perdiéramos el vello respecto a nuestros ancestros. En un pasado más remoto, el hecho de que los primeros homínidos evolucionaran como corredores de grandes distancias y su capacidad para transpirar, seguro que hizo una ventaja adaptativa al hecho de perder pelo. Sobre la forma en que se regula la aparición de este vello, tampoco está claro que el factor determinante sea el nivel de hormonas en sangre, pues la investigadora Valerie Anne Randall, de la Universidad de Bradford, descubrió que hombres y mujeres de raza blanca son más peludos que los japoneses incluso con los mismos niveles de andrógenos, y sospecha que es clave el papel de enzimas como la 5-alfa reductasa.

Pero volviendo al tema: ¿por qué hay tanto pelo en la cuenca mediterránea? Juan Ignacio Pérez, amigo y catedrático de fisiología, cree que puede ser una mezcla de la selección sexual y de la presencia de algún rasgo ligado a otro de valor adaptativo que estaba presente en la población originaria. O bien en algún momento las hembras de esta zona del mundo elegían a sus Ulises y Leónidas por sus torsos peludos o bien los antepasados de estas poblaciones obtenían alguna ventaja ligada al crecimiento del pelo.

Lo curioso del tema, como escribía al principio, es que - de haber existido en algún momento - esa preferencia del macho/hembra peludos en el Mediterráneo está desapareciendo. Los chicos de ahora (basta darse una vuelta por la playa para comprobarlo) se depilan el cuerpo y las chicas no quieren ver a uno con el fenotipo jabalí ni en pintura. A pesar de todo, no seamos ingenuos: para que la selección sexual cambie la morfología mediterránea hace falta mucho más que eso. Décadas de preferencia por los tipos de piel de nenuco no cambiarán el fenotipo así como así. Y todavía le queda mucha vida a la industria de las maquinillas depiladoras!

Para saber más: A pleno sol | Ese mono desnudo… y sudoroso | Más vello, menos picaduras (Por Juan Ignacio Pérez)