Ni llaneros ni solitarios

26 marzo 2005

Solo hay algo más deprimente que ese páramo de ideas que acostumbra a ser el columnismo español, y sucede cuando todo quisque decide tener la misma espléndida y original idea. Me refiero al articulista español, ése que, en un arrebato de originalidad irrefrenable, dirige su cabalgadura hacia las llanuras de lo intransitado y se acaba encontrando con que allí circula más gente que en el metro.

Con el asunto de la estatua de Franco, lo primero que se les vino a todos a la cabeza, fue centrar la atención en el caballo. De los primeros fue Manuel Rivas, en El País; "Lo siento por el caballo" - decía, y apuntaba una solución: retirar al dictador y dejar el caballo. A fin de cuentas - explicaba Rivas -"¿Qué culpa tiene el caballo? Hay que liberar a los caballos de las estatuas".

Luis Antonio de Villena, en la línea bucólico-pastoril, imaginaba: "A lo mejor la estatua servía para que una abuela dijera su nieto: "Este señor fue muy malo. Pero fíjate en el caballo. ¿A que es bonito el caballo, Ricardo?".

Y luego los clásicos, jugando con la cabalgadura del dictador: "Franco, por otra parte, nunca tuvo buena suerte con los caballos" - decía Umbral en El Mundo. Y Martín Prieto, corroboraba: "Franco, que era de Infantería, cabalgó poco en vida".

Tal vez el más sonrojante resulte el caso de Juan José Millás, que casi dos semanas después del acontecimiento, parece querer lanzarse, con su columna de El País, por la pendiente de lo inédito: "A los caballos, - dice- como personas humanas que son, les gustaría ser montados por almas sensibles y no por individuos llenos de correajes" "¿A quién le apetece aparecer siempre con un indeseable cargado a las espaldas?" Y nos da un poco de pena el pobre Juanjo, como aquel inventor chiflado de Barrio Sésamo que celebraba la invención de lo ya inventado.

Por lo visto, un reportero de CQC, que pasó por la escena de los hechos, ironizó: "Se llevan al caballo y al animal que lo monta". No está mal. Las mejores propuestas las encuentra uno por los blogs, como un tal Cranston Snord que (en juan.typepad.com) propone dejar el caballo e ir cambiando el jinete según la actualidad: "Por ejemplo, ahora estaría la efigie del portero de 'Aquí no hay quien viva', que es un tipo popular; en unos meses, Fernando Torres (es un poner); luego, el ganador de la isla de los famosos o el inventor del papel celo..."

En el foro de Periodista Digital, uno que firma como 'menudamelopea' coloca la frase definitiva: "Conservad las peanas de las estatuas que derribáis, os servirán para colocar a los nuevos dictadores".

Y es lo que yo digo, puestos a ser originales, ¿para cuándo un homenaje a la peana?

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