
Jasmine cogió muestras de hielo y de agua del váter de diversos establecimientos y las llevó al laboratorio. Las pruebas confirmaron que en el 70% de los casos el hielo contiene más bacterias que el agua del inodoro.
Aunque Jasmine no lo recoge, su experimento demostraría ese curioso fenómeno de los fast-food, según el cual, sea cual sea el refresco que te estés tomando, después de un rato sabe a auténticos meados.