Astromonos

27 abril 2006

El 31 de enero de 1961, el astronauta Ham fue enviado al espacio a bordo de la cápsula "Mercury". Tras algunos percances como un incremento de tres mil kilómetros por hora en la velocidad de desplazamiento de la nave, Ham cumplió con su deber y regresó a salvo a la Tierra.

Ham tenía tres años de edad y era un chimpancé.

La verdadera hazaña tuvo lugar diez meses después, cuando el pequeño Enos, de cinco años, fue lanzado al espacio en un viaje extraordinario. Todo parecía estar saliendo bien, hasta que la nave emprendió la segunda rotación prevista en su trayecto. Entonces, uno de los reactores a gas se quedó abierto y el cohete empezó a perder combustible y a oscilar.

El sofisticado equipo electrónico que debía transmitirle estímulos a Enos, sufrió algún tipo de anomalía y el chimpancé empezó a recibir descargas eléctricas cada vez que respondía correctamente. De pronto, aquel mono de cinco años se vio enfrentado a un sistema de premio y castigo que entraba en total contradicción con el enfrentamiento intensivo que había recibido a lo largo de más de un año. Los científicos dieron por sentado que Enos empezaría a contestar incorrectamente a los estímulos con tal de obtener su recompensa de plátano, pero el chimpancé hizo caso omiso del sistema y llevó a cabo las operaciones que él sabía que eran correctas, aunque recibiera una descarga eléctrica cada vez que accionaba la palanca adecuada. En vez de alterar su comportamiento, Enos resistió los choques eléctricos e hizo las maniobras de vuelo hasta aterrizar con la nave sano y salvo.