Sawney Bean, el patriarca caníbal

26 junio 2006

A pocos días de que se estrene el remake de “Las colinas tienen ojos”, el clásico de Wes Craven en la que una familia de tarados se carga a todo bicho viviente, me entero por una breve nota de la revista Cinerama de que el asunto está inspirado en una historia real. Por lo visto, allá por el siglo XV, existió en Escocia una familia que tendía emboscadas a los viajeros, los descuartizaba y se comía sus entrañas.

Todo empezó cuando un bruto llamado Sawney Bean se escapó de su pueblo, a las afueras de Edimburgo, en compañía de Agnes Douglas, una vivaracha criatura que ya había sido denunciada por bruja. Ambos se instalaron en una cueva en Ballantrae donde pasarían los siguientes 25 años dedicados a la alegre tarea de procrear y comerse a sus congéneres. Durante todos aquellos años, en un estado de semisalvajismo, la familia Bean alcanzó la cifra de 48 tarados miembros entre hijos y nietos, como consecuencia del distraído ejercicio del incesto.

Los Bean vivieron todo aquel tiempo en el interior de una oscura cueva de la que solo salían para tender sus emboscadas en busca de comida. Capturaban hombres, mujeres y niños que después trasladaban a su madriguera donde los descuartizaban o conservaban en vinagre. A menudo arrojaban al mar piernas y brazos de sus víctimas, que aparecían en playas lejanas para espanto de los lugareños.

Las desapariciones se hicieron tan frecuentes que provocaron un clamor en la región. Mes a mes los Bean iban dando cuenta hasta de las patrullas enviadas por el Rey. Cuando la cifra de asesinados superaba el millar, una carambola quiso que un caballero sobreviviera después de contemplar cómo se comían a su esposa.

Jaime I envió entonces un batallón de 400 hombres que siguieron las indicaciones del marido. Solo por casualidad descubrieron una cueva cuya entrada quedaba oculta en pleamar. Siguiendo los ladridos de los perros, se adentraron en la caverna durante casi dos kilómetros hasta toparse con un dantesco salon de estar: brazos, piernas y cabezas colgaban de todas partes puestos a secar.

Los Bean fueron ejecutados uno a uno, quemados y desmembrados ante los clamores de la multitud.

Algunos expertos aseguran que se trata de una leyenda inventada por los ingleses para ejemplificar la barbarie escocesa. Lo cierto es que en la costa de Ballantrae existe aún una gruta que los lugareños llaman la cueva de Sawney Bean, en la que hace muchos años que nadie se atreve a entrar.

Más: 1, 2, 3 y 4.

11 Respuestas ( Deja un comentario )

  1. quiosquera dijo...
  2. Uf, menuda historia! Creo que esta noche tendré pesadillas.

    Hasta hoy (tengo un brazo escayolado y me han dado la baja laboral por unos días) no había tenido tiempo de entrar en "Fogonazos".

    Quiosquero y dalr me habían hablado mucho del blog y tenía ganas de poder echarle un vistazo. Aún he leído poco, pero todo me ha parecido interesante. Felicidades!!

    A partir de ahora, cuentas ya con una nueva fan. Un saludo,

    "Quiosquera"

    26 junio, 2006 21:00

  3. Antonio Martínez Ron dijo...
  4. Qué alegría verte por aquí, quiosquera! Ya sabes que yo tengo pasión por vuestro blog.

    saludos

  5. su notarisima dijo...
  6. "48 tarados miembros entre hijos y nietos, como consecuencia del distraído ejercicio del incesto" <- genial

    Que buena historia, como todas las demás..! Y basta ya de chuparnos las pollas como diría el Señor Lobo.

    Y que decir de lo que han evolucionado los canivales. Como el famoso Armin -El canibal de Rotemburgo- Meiwes, o el Dr. Lecter.

  7. Anónimo dijo...
  8. me pregunto cómo Sawney y Agnes se conocieron.

    gracias por contar esta anecdota, saludos.

  9. varhan dijo...
  10. Bienvenidos a la jornada Gastronómica de "Fogonazos" ...

    de primero pescado :
    Filetes de Skalugsuak

    de segundo carne :
    Solomillo a la Bean

    Uhmmm!!!! , ya se me está haciendo la boca agua!!!! a ver que nos tiene preparado de postre nuestro chef favorito "aberron" y con que bebida nos deleita ;)

  11. Antonio Martínez Ron dijo...
  12. Espero que todo esté del gusto de los señores. Hoy invita la casa.

    ;-)

  13. Anónimo dijo...
  14. Seguro que la historia es falsa al igual que las historias que contaban los holandeses sobre los españoles en las que se aseguraba que eramos canivales y que torturabamos y nos comiamos a los indios por placer; bueno el caso es que al final se rindieron...

  15. Anónimo dijo...
  16. No creo q la historia de la familia sawney sea falsa y tampoco pienso que los españoles hayan sido canibales pero de que fueron asesinos y afanosos del dinero si que lo fueron sino revisa un pco la historia maya e incaica

  17. Anónimo dijo...
  18. Primero decirte que me encanta tu blog! Y me encanta haberlo descubierto ahora porque tengo todo lo ya publicado por leer! Es genial!

    Mi apunte sobre esta historia es que hasta descubrir a esta familia salvaje se pensó que quienes hacian "desaparecer" a estos viajeros eran los hospederos. Se inició un acoso y derribo contra ellos y muchos fueron condenados lo que provocó que éstos huyeran abandonando sus negocios.

  19. Anónimo dijo...
  20. uhmm psicopatas.

  21. Anónimo dijo...
  22. Buenas noches a todos.
    Es la primera vez que entro a esta página y lo hago para responder a Die Monster sobre lo "falso" del canibalismo español en América.
    El siguiente es un aparte de un cronista conquistador, famoso en su época, llamado José Oviedo Ibañez y yo lo tome del libro "Historias detras de la historia de Colombia" del historiador cartagenero Eduardo Lemaitre, por si quieren verificar datos. Por supuesto el lenguaje utilizado es el de la época y puede ser algo confuso.
    Bueno, ahora si, ahí va el fragmento de Oviedo: "Muerta ya a los rigores del hambre, la mayor parte de los indios que conducía la carga, prosiguieron caminando aquellos miserables españoles con el ansia de vencer lo dilatado de aquella inculta montaña; pero como habían muchos días que sólo se sustentaban de cogollos de visao (bijao), era tal la perturbación que padecían con la debilidad de las cabezas, que dando vueltas de una parte a otra, no acertaban a salir de la cerrada confusión de aquellos bosques; y como con la dilatacíon crecía por instantes la necesidad, llegando ya al término de perecer en los últimos lances del aprieto, ejecutaron (para conservar la vida) una crueldad abominable, que nunca podrá tener disculpa, aun a vista del extremo peligro en que se hallaban, pues fueron matando uno por uno a los pocos indios que les quedaban de servicio, sin despreciar los intestinos, ni otra parte ninguna de su cuerpo, se los comieron todos, con tan poco reparo ni fastidio, que sucedio al matar al postrer indio estando todos haciendo los cuartos arrojar el miembro genital (como cosa tan obscena y asquerosa); y un soldado llamado Francisco Martín lo cogió con presteza en el aire, y sin esperar que lo sazonara el fuego, se lo comió, diciendo a sus compañeros: ¿Pues esto despreciáis, en ocasión como ésta?".

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