Mary de los cielos

29 julio 2006

El 20 de noviembre de 1945, la agente secreta 139 DD 43 T fue condecorada por el Ejército británico por sus heroicas acciones de guerra. Al final de la IIGM, Mary of Exeter tenía miles de horas de vuelo, había realizado 23 misiones secretas y había sido herida de gravedad en tres ocasiones. El balance: 22 puntos de sutura, tres perdigonazos y la amputación de parte de un ala.

La agente 139 DD 43 T, bautizada como Mary of Exeter, fue una de las 32 palomas condecoradas con la medalla Dickin, el equivalente animal de la Cruz Victoria, el más alto distintivo del Ejército británico.

Las heroicidades de las palomas durante aquellos años de la guerra fueron numerosas. Se calcula que unos 200.000 ejemplares fueron empleados por ambos bandos, y que sólo uno de cada ocho regresó con vida.

En algunos casos, la acción de una sola paloma logró salvar a batallones enteros, como sucedió durante la toma de Colvi Vecchia, en Italia. Los aliados tenían programado un bombardeo masivo sobre la ciudad sin saber que sus hombres ya habían tomado aquella posición. Gracias a que la paloma llegó a tiempo, se canceló el ataque aéreo y se salvó la vida de centenares de soldados.

Halcones nazis

Las palomas mensajeras desempeñaron un papel importantísimo durante ambas guerras mundiales. Todos los aviones de la RAF partían de Inglaterra con un par de palomas a bordo, que podían ser enviadas de regreso en caso de dificultades y transmitir la ubicación exacta del aparato derribado.

Los alemanes conocían el asunto y colocaron un auténtico ejército de halcones en la costa francesa, entrenados para evitar el paso de informaciones. También apostaron cientos de tiradores con la misión de derribar a las palomas. Además de sobrevivir a la explosión de una bomba, nuestra heroína, Mary of Exeter, escapó de las garras de los halcones nazis en varias ocasiones, y logró volar hasta el cuartel general a pesar de las heridas.

Palomas fotógrafas

Según algunas fuentes, ya durante la IGM algunas importantes operaciones se desarrollaron gracias a la información proporcionada por minicámaras portadas por palomas mensajeras.

La idea fue patentada en 1903 por el farmacéutico alemán Julius Neubronner, que diseñó una cámara lo suficientemente ligera para ser transportada por palomas. El farmacéutico suponía que, además de servir para llevar mensajes, estas aves podían pasar desapercibidas a la hora de tomar fotos-espía desde la altura. Y así fue como creó la Bavarian Pigeon Corps’, algunas de cuyas instantáneas aéreas pudieron ser contempladas, con gran asombro de sus contemporáneos, durante la Exposición Fotográfica Internacional de Dresde, en 1909.