El influjo de la almorrana

23 octubre 2006

"En el invierno de 1866, mientras escribe Crimen y Castigo, a Fiodor Mijáilovich Dostoievski le salen unas almorranas del tamaño de una castaña. “Desde hace un mes, —le escribe al barón Aleksandr Yegorovich Wrangel en una carta del 18 de febrero— me atormentan las hemorroides. Usted, probablemente, no tiene la menor idea de esa enfermedad ni de lo que son sus ataques”.

Podéis seguir leyendo en la Guía para Perplejos, nueva colaboración de un servidor con Libro de Notas.

Por cierto, este año tampoco nos darán un Premio Bobs, pero los amigos de SocieDADAnónima nos dedican un pequeño homenaje. Gracias!