Confesión después del cigarrillo

23 septiembre 2009

"En todos los experimentos practicados al amparo del programa MKULTRA, los agentes y colaboradores se encontraron sistemáticamente con que la mente humana no es tan fácil de reprogramar mediante drogas o métodos brutales como mediante una combinación de sensaciones que lleve a la víctima a bajar la guardia.

“Aprendimos un montón de cosas acerca del comportamiento de los humanos en la cama…”, asegura una de las fuentes de Marks en su libro. “Fuimos haciendo acopio de una serie de preferencias sexuales que podríamos utilizar en nuestras operaciones, dependiendo de cuáles fueran los gustos de cada uno de nuestros objetivos”. Lee el artículo completo en la Guía para Perplejos