Diez años de Fogonazos, ¿cuál fue el tuyo?

12 septiembre 2013


Dentro de diez días, este blog cumplirá diez años de vida. Para celebrarlo, antes de nada, debo adelantaros algo:

Habrá una sorpresa especial y estaréis todos invitados a participar y disfrutarla. (Actualización: ¡Sorpresa!)

Mientras llega el momento de anunciarlo (y me como las uñas de impaciencia), os invito a participar y contarnos cuál fue vuestros primer fogonazo o el que más os gustó. Por ir calentando el tema y hacer un poco de autobombo. Unos cuantos amigos blogueros me han hecho una pequeña reseña, podéis añadir vuestras opiniones aquí o en la página de Facebook, donde - además de vuestros comentarios - iremos incorporando las reseñas de otros blogueros e informando de todo lo que vayamos haciendo.

Pero atentos: cuando revelemos las sorpresa, seguirnos en Facebook y comentar vuestro mejor fogonazo tendrá un premio para cinco de vosotros.

Aquí os dejo "lo que dijo la crítica" de estos diez años de asombros. Gracias por seguir ahí y tomaos esto como un homenaje a vuestra paciencia. Muchas de las historias de las que aquí se publican han sido chivatazos vuestros en esta adictiva afición que compartimos por asombrarnos :-) #fogonazos10

-- 

“Hasta la caída de la Unión Soviética, la ciudad de Balaklava fue uno de los lugares más secretos del país”. Así empezaba la primera anotación que leí en Fogonazos. Estaba buscando información sobre Crimea por temas de trabajo y me llamó la atención un resultado del buscador. Fue mi iniciación. Confieso que empleé más de una hora recorriendo el blog, sorpresa tras sorpresa, fogonazo tras fogonazo. Hoy, seis años después, me sigue maravillando, y yo lo sigo recomendando con la precaución de que es adictivo. Aún hoy sigo sin ser capaz de leer sólo una cosa, siempre exploro un poco en sus 10 años de historia, siempre con recompensa.
César Tomé, Experiencia Docet

--
No recuerdo cuál fue mi primer fogonazo; es uno de esos blogs que parece haber estado siempre ahí —lo que sí recuerdo, en cambio, es cómo conocí a su alter ego humano; para él tuvo que suponer  un considerable subidón de ego el que alguien le tocara el hombro en mitad de una manifestación masiva en la Puerta del Sol para decirle «perdona, ¿eres Aberrón?». Pero no nos vayamos por las ramas: si tuviera que elegir uno de los fogonazos que más me han impresionado, sería el de "La verdad sobre el CO2, en pelotas", relativamente reciente. Viéndolo es difícil seguir cayendo en la socorrida pero falaz idea de que somos demasiado insignificantes como para afectar al clima de nuestro planeta.

Miguel Santander, Tras el horizonte de sucesos

 --

Lo mejor de Fogonazos es que nunca defrauda; no hay entrada que no merezca la pena... solo los que escribimos a menudo sabemos cuán difícil es ésto. Cada vez que tengo una nueva entrada suya en mi feed, procuro reservarla para un momento tranquilo, pues estoy seguro de que valdrá la pena tomarse su tiempo disfrutándola.
Una de sus entradas destacó entre el resto de gigantes, el documental El mal del cerebro. Algunas escenas no las olvidaré jamás, como la de aquel hombre que "se apagaba" al desconectar sus electrodos, o aquel otro que cambiaba del español al alemán sin darse cuenta.

Pablo Rodríguez Sánchez, Don Mostrenco

-- 
Si miro hacía atrás, a modo de fogonazos en mi cabeza se suceden las sensaciones. Mi amor irracional por los lugares abandonados y la extraña melancolía que transmiten me llevan al sonido y las imágenes de San Francisco en 1958. La música y mi pasión por los time-lapses, me llevan a ese Otoño en Japón. Ni contar podría las noches que he pasado con esos vídeos sonando en bucle.
En bucle también he tenido durante la época de exámenes otros dos vídeos descubiertos gracias al blog, fueron largas las tardes en las que alimenté mi optimismo, y mis fuerzas con vídeos como el de Guillaume o el genial opening de "Una especie Asombrosa en un planeta maravilloso " 
Fogonazos es la BBC de los blogs, fresco, lleno de novedades, pero cargado de esa profundidad y buen gusto que caracteriza a los ingleses.  ¡Felicidades por el aniversario!

J. J. Gallego, Raven neo
 --
No sabría decir exactamente cuando conocí a Fogonazos, pero sí puedo decir como profe de secundaria, que la sorpresa, lo impactante para abrir boca, pero sin que falten las buenas y precisas explicaciones, es una manera estupenda de llegar a nuestros chavales y que he mostrado sus entradas en clase repetidas veces... aunque alguno de ellos luego lo recuerde como "Petardazos". Feliz cumpleaños y que vengan muchos más.

Javier Fernández Panadero, La ciencia para todos

 -- 

No sé como lo hago, pero de un tiempo a esta parte llego tarde a todos sitios. Por eso no es de extrañar que tardara en descubrir Fogonazos.es, el genial blog de nuestro naukero mayor Aberrón, y como además ya empiezo a sufrir problemas de memoria tampoco podría decir cuándo llegué allí. Lo que sí puedo decir es por dónde empecé. Por abandonarme. Y es que su sección Abandonos me enamoró, me hizo ponerme a hacer otra vez la maleta mentalmente y transportarme a esos lugares a los que precisamente el olvido hizo tan especiales, sobre todo el de la ciudad devorada por la arena: Kolmanskop. 
Rosa García Verdugo, Starving Neuron

--

"Ayer me porté mal en el cosmos./ Viví todo el día sin preguntar por nada, / sin sorprenderme de nada. / Realicé acciones cotidianas, / como si fuera lo único que tenía que hacer."  Wislawa Szymborska (“Falta de atención”)

Fogonazos me impide portarme mal en el cosmos. Es una ventana que me permite ver más allá de la cotidianeidad, mostrándome instantes e historias en los que la vida rezuma. Como los álbumes de fotos que uno visita cuando necesita recordar vivencias o personas que dieron color al día a día, Fogonazos es una recopilación de momentos increíbles.

Entre las entradas he podido disfrutar de las peripecias del mejor profesor de física, conocer historias como las de los “kosmonautas” del mar, contemplar el amor en las fotografías a un osito de peluche o el horror reflejado en las huellas de Hiroshima. Recuerdo el primero de esos fogonazos y su impacto. El fotógrafo Geoff Mackley  se hallaba frente a mis ojos, al borde de un lago de lava del volcán Maroum y la belleza del instante resultaba aterradora. Como en tantas otras páginas de este álbum, se agolparon muchas sensaciones: miedo, incredulidad, admiración… y por encima de todo, los dos sentimientos que se repiten en los diversos fogonazos: sorpresa y aprendizaje.

Laua Morrón, Los Mundos de Brana.