A esta mosca no le ha sentado bien volver del espacio

29 enero 2014


La mosca de la imagen que encabeza este artículo es uno de los muchos ejemplares de Drosophila melanogaster que viajaron en forma de huevo hace unos años con el trasbordador Discovery y eclosionaron en el espacio. Al regresar, el equipo de Deborah A. Kimbrell comenzó un experimento para comprobar cómo había afectado esta estancia en el espacio a estas moscas. A un grupo se les expuso a los efectos de la bacteria E. coli y a otro a los efectos de un hongo llamado Beauveria bassiana. Lo que comprobaron los científicos fue que las moscas que habían viajado al espacio, a diferencia del grupo de control de moscas criadas con el mismo genoma en la Tierra, seguían siendo igual de resistentes a la bacteria, pero se volvían, en cambio, más vulnerables al ataque del hongo.

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