Efecto Verplanck, juega con el cerebro de tu profesor

10 junio 2014


Imaginemos por un momento que todos los alumnos de una clase se pusieran de acuerdo para realizar un experimento y condicionar la conducta del profesor que les habla. Las instrucciones son las siguientes: cuando el profesor camina hacia un lado del estrado, los alumnos le sonríen y le miran con atención; cuando se mueve hacia el otro lado, la mayoría frunce el ceño y ponen cara de no tener interés. En la prueba ideal, los alumnos cambian la expresión de manera gradual, sin que se noten cambios bruscos, y el resultado es que, al final de la clase, el profesor se habrá situado sin darse cuenta en el extremo de la clase donde todos le ponen un gesto agradable.

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