Resuelven el enigma de la "cara en la luna"

03 octubre 2014

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Uno de los detalles que más llama la atención cuando uno observa la luna llena a simple vista son las grandes manchas oscuras que aparecen sobre su superficie. Desde la antigüedad, los hombres han querido ver en estas marcas una especie de cara sonriente, la figura de un hombre caminando e incluso la silueta de un conejo. Y como pensaron que trataba de grandes masas de agua, pusieron a las manchas el nombre de "mares" u "océanos".

Cuarenta años después de haber pisado su superficie, sabemos que no hay conejos ni mares en nuestro satélite, pero el origen de estas enormes extensiones sigue siendo una incógnita. El mayor de estos 'mares', el denominado Oceanus Procellarum, es una región que se extiende a lo largo de unos 2.500 kilómetros de norte a sur y cubre una superficie de más de un millón y medio de kilómetros cuadrados (más o menos del tamaño de EEUU). Esta zona presenta en el centro la marca de un impacto, lo que ha hecho pensar durante bastante tiempo que su formación se debió al choque de un gran meteorito sobre la superficie. Pero las cosas no siempre son como parecen.

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