El misterio de las ballenas que se llenan de gas

10 febrero 2015

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En el año 2012 el equipo de Russel D. Andrews monitorizó los movimientos de ocho ballenas de pico (Ziphius cavirostris), de la familia de los zifios, en aguas del sur de California. Durante varios meses, los científicos siguieron los movimientos de estos animales para comprender mejor sus dotes de grandes buceadores. Los zifios, al igual que otros mamíferos marinos como los cachalotes o calderones, descienden a profundidades de hasta 1.000 metros para cazar, y este grupo lo hacía habitualmente hasta los 1.400 metros. Pero, en una de las jornadas, uno de los zifios decidió seguir bajando.

Los científicos siguieron la inmersión de este ejemplar durante 138 minutos y comprobaron que había descendido hasta los 2.992 m, un nuevo récord absoluto en el reino animal. Tres años antes, otro equipo de biólogos marinos había registrado el descenso de un elefante marino hasta los 2.388 metros, una profundidad en la que la oscuridad es absoluta y la presión podría aplastar a la mayoría de las criaturas. ¿Cómo lo hacen estos animales para descender tan abajo y aguantar tanto tiempo sin colapsar?

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