El delfín número 2

02 junio 2015


La imagen sobre estas líneas parece otra foto submarina de delfines. Pero para conocer el extraordinario relato que contiene hay que acercarse y mirar con más detalle. ¿Lo ves? Está más o menos en el centro de la imagen y es un número 2 estampado en la aleta de uno de los delfines. El animal que porta este número es una hembra llamada Chunsam y está nadando en la isla de Jeju, en el mar de Corea. La marca indica que este animal nadó alguna vez con los delfines de un acuario, haciendo acrobacias para el gran público en una piscina, pero en el momento de la foto está nadando en el océano en completa libertad.

La historia de Chunsam se relata en un magnífico reportaje de la revista National Geographic y es uno de los pocos en el mundo en los que devolver la libertad a un delfín ha terminado con éxito. El animal fue capturado ilegalmente junto a otra hembra y un macho entre 2009 y 2010 y vendido a un parque marino surcoreano llamado Pacific Island. Después de una intensa campaña de los activistas, las autoridades pusieron en marcha un plan para liberara a los animales, que culminó con los delfines regresando a su grupo de 120 individuos con bastante éxito. Varios fotógrafos los retrataron en los tres meses posteriores antes de que el agua borrara para siempre el número marcado en su aleta por los cuidadores.

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La delfín Chunsam, fotografiada con el número medio borrado. (Vía: Tim Zimmermann )

Independientemente de la opinión de cada uno sobre los delfinarios, lo cierto es que muy pocos ejemplares de delfín u orca están en condiciones de volver a vivir en el mar. Los expertos creen que solo uno de cada tres podrían ser candidatos a una liberación y las experiencias con muchos de estos animales muestran que la cautividad los puede inhabilitar para siempre. En muchos casos, como se relata en el reportaje, los delfines han olvidado que los peces son comida que se mueve y pasan la mayor parte del tiempo pendientes de la realidad sobre la superficie, en lugar de vivir bajo el agua como sus congéneres en libertad. El ejemplar que inspiró "Liberad a Willy" se suele citar como ejemplo de animal que sobrevivió apenas unas semanas en libertad.

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¿Se debe renunciar a liberarlos entonces? La realidad tiene muchos más matices de los que nos gusta creer por ideología o convencimiento. Otro de los datos interesantes que ofrece el reportaje es la procedencia de estos animales. Mientras en Europa y EEUU buena parte de delfines y orcas que se exhiben en acuarios han nacido en cautividad, en muchos países del mundo siguen usando animales capturados en libertad, como el caso de Chunsam. Para ellos quizá haya aún una esperanza de un final feliz. Para los otros, el sueño de la libertad puede acabar fatal.

Más info: Can Captive Dolphins Return to the Wild? (National Geographic)

1 comentarios :

  1. gabriela dijo...
  2. Buena historia, pero porque se trata de una excepción! Y no es cosa de liberar a cualquier delfín que esté en un espectáculo, porque si proviene de los nacidos en cautiverio, imposible que sepan vivir en comunidad ni mucho menos alimentarse. Es posible que aquellos nacidos en el mar, con la memoria que tienen, pueda recuperar su vida, que sería lo óptimo. Es lo que pasa con los mamíferos terrestres, que están en los zoológicos, y que volverlos a la naturaleza sería matarlos de hambre o en un ataque de otros animales.

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