El secreto de la isla que sube y baja

22 junio 2015

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El 20 de febrero de 1835, durante el segundo viaje del Beagle, Charles Darwin y el capitán Robert FitzRoy se encontraban en Valdivia, Chile, cuando les sorprendió un violento terremoto. Unas horas después el barco puso rumbo a la región donde había habido más impacto y en la isla Santa María, frente a las costas de Concepción, FitzRoy observó que en el litoral había grandes capas de mejillones, lapas y algas recientemente muertas que quedaban por encima del agua incluso con la marea alta. Ambos interpretaron aquello como las "pruebas de que la tierra se había elevado" y calcularon que la isla había emergido entre 2,4 y 3 metros después del seísmo.

El 27 de febrero de 2010, 175 años después del primer suceso, una parte de la fosa de Perú-Chile bajo la isla de Santa María se rompió de nuevo y produjo un violento terremoto de magnitud 8,8 que dejó 800 muertos y miles de casas destruidas. En esta ocasión, la isla volvió a elevarse sobre el mar, esta vez 1.8 metros, hasta el punto de dejar inservible la zona que se había utilizado tradicionalmente como puerto (ver foto superior). Por un golpe de fortuna, resultó que un grupo de científicos había estado tomando medidas de la costa y mediciones batimétricas solo seis semanas antes, de modo que los geólogos tenían una oportunidad única para comparar los datos del registro histórico.

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