Cuando un viento de 735 km/h te golpea la cara

23 diciembre 2015

Credit: NACA

Las imágenes que veis sobre estas líneas fueron grabadas en 1946 en el centro de investigación Langley de la NASA, donde se realizaron algunos de los tests más estrambóticos de la historia militar estadounidense. Esta prueba en concreto fue realizada en el interior de su famoso túnel de viento y consistía en someter a un voluntario a una corriente de hasta 735 km/h para comprobar los efectos sobre su cara. La idea era conocer mejor qué consecuencias podía tener el impacto del aire sobre la cara de un piloto en caso de que su aeronave perdiera la cubierta por accidente. A continuación podéis ver el vídeo completo, recuperado de los archivos Prelinger y subido a la red por Jeff Quitney:



En estas mismas instalaciones se probaron los más extraños prototipos de traje espacial, los astronautas caminaron por las paredes y se estrellaron helicópteros para comprobar los daños que sufría su fuselaje. Las pruebas extremas con seres humanos fueron una constante en este tipo de instalaciones, antes de que se estandarizara el uso de los muñecos conocidos como 'dummies'. Entre 1947 y 1967, el famoso médico de la Fuerza Aérea John Stapp sirvió de conejillo de indias para probar los efectos de la aceleración en el cuerpo humano, sometiéndose a fuerzas de hasta 46 g en un sistema de cohetes propulsados en un raíl que frenaban bruscamente.



Gracias a aquellos tests que hoy nos parecen una chifladura se mejoraron los sistemas de sujeción de los pilotos, se comprendió mejor por qué muchos de ellos perdían el conocimiento en vuelo y se mejoraron muchos sistemas de seguridad. Como curiosidad, durante las pruebas realizadas por Stapp en Nuevo México el ingeniero Edward A. Murphy formuló la conocida ley de Murphy (algunos se la atribuyen al propio Stapp) después de que unos sensores se cablearan al revés.

Vía: @jm22381 / @mezvan