Ilustración para la cubierta del libro "Papá, ¿dónde se enchufa el sol?" (Ed. Crítica, Kim Amate)
Cada vez que un niño se pregunta por qué flotan las nubes o dónde va el sol cuando desaparece está emprendiendo un doble camino, el personal, por el que se va formando su propia idea de cómo funciona el mundo, y el que la humanidad ha recorrido cientos de veces hasta llegar a saber lo que hoy sabemos. Durante esta etapa de la vida la mente de los críos es una ventana abierta sin filtros, un observatorio por el que la realidad se muestra con su lógica más cruda e inesperada. “¿Quién le echa la sal al mar?”, “¿por qué la caca es marrón?”, “¿quién fabrica las olas?”. Son algunas de las cuestiones que me planteó mi hija Laura cuando jugábamos al “juego de preguntarle cosas a papá” y que pudieron hacerse perfectamente los primeros hombres y mujeres que observaban la naturaleza, antes de empezar a desmadejar sus secretos con herramientas más sofisticadas.
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