Fantasmas en el "Winston"

22 abril 2005

El caso de los "fantasmas en el Winston", escucho en RNE, y la locutora sigue adelante, sin torcer el gesto de la voz, no vaya a ser que se le note que los fantasmas andan ya rondando por el estudio de Prado del Rey, puede que por su propio cerebro. Los mismos fantasmas que hace unos días (me entero en la web de Arcadi Espada) acechaban a otra presentadora, esta vez del Telediario de TVE, que hablaba de los problemas de empresa 'Dilait' tras el incendio del Windsor, en referencia a la auditora 'Deloitte'.


"Dilait en el Winston", no me digan que no es para echarse un cigarrito.

La lengua del locutor hispánico, propensa al patinaje artístico al menor asomo de idiomas ajenos, derrapa especialmente cuando el periodista quiere hacer notar su dominio del inglés. El presidente de EEUU, George 'Bash' - dice algún engominado intentando conseguir el tono de la NBC. Y a continuación anuncia sin empacho el "Autoinglés on de Rrroud".

Claro que, a veces, no es la lengua lo que patina, sino el sistema nervioso al completo. Recuerdo perfectamente a una locutora de Los 40 Principales que, al son de los últimos compases de "Mediterráneo", celebraba la maestría de ese magnífico cantante que es Juan Manuel Serrano. O el caso de la presentadora de Kiss FM que emitió la canción "Bette Davis eyes" - juro que es cierto - y culminó la presentación hablando de los ojos de esa "magnífica dramaturga" que fue la señora Davis.

Las patadas se multiplican en el mundillo de la música y la radiofórmula. Todavía me estremezco al recordar un severo "Bob Dailan" para referirse a Bob Dylan. Y así con Iric Cleipton (Eric Clapton) o Prains (el artista anteriormente conocido como Prince).

Según leo en calumniaquealgoqueda.com., siempre se puede llegar al extremo de Ana Rosa que, al presentar una actuación en su programa, dijo del cantante que había actuado con artistas de la categoría de Elvis Presley y Chuck Norris". Cuando se refería al campeón de kárate Chuck Berry, evidentemente.

Si les digo la verdad, a veces me dan ganas de hacer como Cristina López Schlichting, que una de estas tardes, para manifestar su mayúscula sorpresa soltó aquello de: "Me dejas tetrapléjica, chica".