Einstein en el maletero

10 septiembre 2007

La noche del 18 de abril de 1955 el patólogo Thomas Harvey empuñó su escalpelo y realizó una incisión en forma de Y sobre el cadáver de Albert Einstein. Con el cuerpo aún caliente encima de la mesa, el doctor extrajo el hígado y los intestinos y halló casi tres litros de sangre en la cavidad peritoneal. A continuación abrió el cráneo con una sierra circular, extrajo el cerebro y se lo llevó a su casa. (Seguir leyendo)

Durante los siguientes cuarenta años, el destino del cerebro de Einstein se convertiría en una especie de leyenda. La historia del patólogo que había robado el cerebro del genio aparecía de vez en cuando en algún periódico local, sin que nadie conociera a ciencia cierta su paradero.

En 1996 el periodista Michael Paterniti retomó la historia de Harvey y lo encontró trabajando en una fábrica de plásticos de Kansas. El patólogo vivía en un pequeño apartamento y dormía en una cama plegable. Conservaba el cerebro de Einstein en un tarro de cristal de su cocina y lo había convertido en su obsesión.

Sin pensárselo dos veces, Paterniti se ofreció a llevar a Harvey hasta California, respondiendo al deseo del anciano de visitar a Evelyn Einstein, y zanjar el asunto devolviéndole el cerebro a la nieta del genio. Y así fue como el periodista y el patólogo se vieron envueltos en una de las peripecias más surrealistas de la historia: un viaje de costa a costa con el cerebro de Einstein en el interior del maletero.

“Cada vez que paramos en un autoservicio - explica Paterniti en su libro “Viajando con Mr Albert”– siento deseos de gritar: ¡En el maletero tenemos el cerebro de Einstein!” “La idea de que lo tengo ahí detrás, - escribe –, me resulta tan inconcebible y turbadora que no estoy lo que se dice en mi mejor forma para circular por carretera”.

La novela de Paterniti describe un viaje alucinante a través de Estados Unidos con el cerebro flotando en un tupperware en la parte posterior de un viejo Buick Skylark. Por si le faltaban ingredientes, en el camino visitan a William S. Burroughs, cruzan el Medio Oeste y se pasan por Las Vegas. Durante todo el trayecto se mantiene una constante, la atracción enfermiza que ejerce el cerebro sobre aquellos que le rodean:

“Una confesión: - escribe el periodista – quiero que Harvey se duerma… Quiero tocar el cerebro de Einstein. Sí, debo admitirlo. Quiero sostenerlo entre mis manos, acariciarlo, sopesarlo en la palma de la mano, tocar alguno de los quince mil millones de neuronas ahora dormidas. ¿Será su textura como el tofu, el coral del erizo de mar, la mortadela?”


Como se cuenta en la novela, el magnetismo que ejerció el cerebro sobre su poseedor terminó por destrozarle la vida. Durante los años que siguieron a la noche del robo, Harvey perdería el trabajo y arruinaría su carrera como médico, postergando una y otra vez la prometida investigación que aclararía los misterios de la mente del genio.

“Para Harvey el cerebro era como un objeto sagrado – explicaba Paterniti en una entrevista – Vivió con el cerebro de Einstein durante alrededor de cuatro décadas como su salvador y custodio, como el gran guardián del cerebro”.

Sin embargo, Harvey quiso compartir su hallazgo y buscó ayuda entre otros expertos. Cortó el cerebro en 240 trozos y los repartió entre unos pocos científicos de todo el mundo con el objeto de que los analizaran. En un último arranque de lucidez, y tal vez de sacrificio personal, Harvey terminó por devolver el cerebro al hospital de Princeton, convencido de que alguien debía ponerlo a buen recaudo (Después de todo la nieta de Einstein nunca llegó a quedarse el cerebro).

El viaje de Sugimoto

Paralelamente, al otro lado del Pacífico se gestaba una historia no menos peculiar en torno al cerebro. El científico japonés Kenji Sugimoto, obsesionado con la vida de Albert Einstein, emprendió a finales de los 90 una odisea personal en busca del cerebro del que tanto había oído hablar. La aventura, filmada por el director Kevin Hull para un documental de la BBC, llevó a Sugimoto a recorrer los Estados Unidos en busca de Harvey, hasta que le localizó en su casa de Kansas.

Como veréis con vuestros propios ojos, la escena en la que Harvey pesca un trozo de cerebro del interior de un bote de galletas y corta una loncha sobre la encimera de la cocina es uno de esos momentos dignos de ser recordados para el resto de nuestras vidas.

Provisto de su preciado trofeo, Sugimoto regresó más tarde a Japón y celebró su éxito en club de karaoke local, donde cantó una canción acompañado del pequeño fragmento de cerebro de Albert Einstein. Una escena colosal que cierra el documental de Hull:


"Cada uno agarró lo que pudo"

Cuarenta años después, y una vez analizados los distintos testimonios, parece que la noche en que Thomas Harvey diseccionó el cadáver de Albert Einstein terminó siendo una jornada bastante esperpéntica. Decenas de personas bajaron a contemplar el cuerpo del maestro y quisieron quedarse con un recuerdo. “Cada uno agarró lo que pudo” - explica el doctor Henry Abrams, oftalmólogo personal del científico. Él mismo extrajo los ojos de Einstein y los guardó durante más de 40 años en la caja de seguridad de un banco de Filadelfia.

Aún hoy, el doctor Abrams acude una o dos veces del año a la cámara de seguridad del banco y contempla los ojos del genio, con los que asegura experimentar “una profunda conexión”. “Cuando se miran esos ojos, - asegura Abrams– se ve en ellos la belleza y el misterio del mundo. Son claros como el cristal y dan sensación de profundidad”.

Más: 1, 2, 3, 4, 5 / Ver el vídeo completo aquí

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53 Respuestas ( Deja un comentario )

  1. Anónimo dijo...
  2. Desde luego, la peña está muy mal :-D Parece que nadie se salva de las frikadas y las 'esperpenticidades': ni los genios, ni los doctores, ni los científicos... No es tan sólo patrimonio de los incultos el salir por la tele para el regocijo de la masa, no ;-) Un saludo y, como ya sabes, fantástico blog :-)

  3. Anónimo dijo...
  4. No sé. Veo a todos muy buitres, en toda la extensión de la palabra; los ojos, el cerebro, mechones de pelo para el movil(supongo)... De otras personas uno quiere/necesita recuerdos inorgánicos (las gafas, un abrigo, su paraguas, el reloj...) de Einstein querían guardarse un trozito de Einstein. Muy curioso.
    De todos los blogs que frecuento, este me parece el más original y entretenido

  5. Anónimo dijo...
  6. Trocito. TroCito. Tro-C-ito.

    Sorry. (El mismo anónimo de antes)

  7. Paquito dijo...
  8. La historia es impresionante PERO la lección que saco de ella es monstruosa: a la peña se le va cantidad la cabeza...

    Einstein dejó escrito que quería ser incinerado y que no quería que quedasen restos suyos para precisamente evitar eso... Desafortunadamente su deseo no fue respetado y encima, y eso es lo penoso, se jugó con su cuerpo a la casquería: "Yo me quedo con sus ojos" "A mi dame el bazo", "El cerebro es mío" "¡Coño! Nunca había visto una circuncisión tan de cerca"...

    Penoso: es para meter a toda esa gente en la cárcel por profanar un cuerpo.

    Saludos,

    Paquito.
    Paquito's World

  9. MAX Y LULA dijo...
  10. Einstein o la metáfora de Prometeo, que robó el fuego del Olimpo y como castigo, Zeus envió a un águila para que se comiese su hígado (en este caso el cerebro). Lo malo es que a Prometeo se le volvía a regenerar el órgano y al pobre Albert...

  11. Charly dijo...
  12. Aunque conocía la historia, me parece impresionante la poca dignidad humana que destila, no me puedo creer que gente "ilustrada y culta" llegue a unos extremos tan crueles con lo que debía de ser un ejemplo de ciencia para ellos...lamentable.

    Buena entrada Sr Aberrón.

  13. Amio Cajander dijo...
  14. ¡ Einstein en Lonchas !

    ¡ cientifico canta karaoke con un trozo de cerebro en la mano !

    ¡ Un tio que va a una camara de seguridad a mirar unos ojos sacadas hace mas de 40 años !

    Y luego nos parece medieval lo de las reliquias morbosas del cristianismo profundo.

    Estamos para que nos encierren...

    Y menos mal que no ha salido (que seguro que lo ha habido) alguien que se lo ha comido para "heredar" su inteligencia

  15. Kat dijo...
  16. Increíble, desconocía la historia. De todas formas, que poco respeto a las personas. Mira que quedarte con un trocito de su cuerpo......

    Ah! Excelente el blog !

  17. AccentLess dijo...
  18. Me descojono yo de los que te robaban las botas en el oeste cuando te tiroteaban...:P

  19. Anónimo dijo...
  20. Totalmente surrealista lo del karaoke. Lo de cortarlo en trozos es muy 'cristiano' al fin y al cabo Einstein es una especie de santo moderno y ya se sabe que los cristianos (por lo menos los catolicos, supongo que los ortodoxos tambien) tenemos gran aficion a trocear y poner en salmuera a nuestros grandes (es un decir) hombres y mujeres.

  21. Anónimo dijo...
  22. Porque en aquel entonces no había Ebay que sino...

  23. Anónimo dijo...
  24. Parece mentira que estas cosas puedan haber sucedido, os felicito!

    http://www.sergiolf.com

  25. Anónimo dijo...
  26. Me gusta el método. Estaré atento pa cuando muera Nacho Vidal.

  27. Anónimo dijo...
  28. De Einstein el cerebro. Que le haremos a nuestro pobre Nacho Vidal. Tambien repartiremos su músculo en lonchas.

  29. Minerva dijo...
  30. Estremecedor.
    Como ya decía alguien antes, para que luego consideremos salvajadas determinadas costumbres...
    Pobre Albert Einstein, no creo que hubiera podido imaginar semejante atropello.

  31. Anónimo dijo...
  32. Lo bueno de hacerselo a Nacho Vidal es que tendremos para todos.

  33. Juanesku dijo...
  34. que triste es la decadencia de nuestra sociedad, se muere un genio y lo único que quieren, antes de homenajear sus logros es llevarse un souvenir...

  35. Anónimo dijo...
  36. Que asco vaya historia más aterradora y neuronal, quizas haga un breve resumen poniendo alguna foto y algun video en mi bolog, haciendote referencia a ti por supuesto(nombrandote) jejejeje.Salu2

  37. Mr, Nikolaidis dijo...
  38. digo yo que si a Einstein le hubieran dado por escrito lo que iban a hacer post mortem con su cuerpo, se habria desvivido por encontrar la forma de no morirse.

    yo tampoco digo que lo momificaran, pero leches, un poco de respeto, que sera un genio, pero es un difunto...

    aberron, sigue asi please

  39. Anónimo dijo...
  40. Bastante chocante...
    Felicidades por el blog, llevo horas enganchado leyendo las diferentes historias.
    Gracias!

  41. Unknown dijo...
  42. Excelente artículo Aberrón ;-)

    Abrazos a tod@s ;-)

  43. Unknown dijo...
  44. mmmmm no se, es un tanto jebi, pero al menos da gusto el hecho de q la gente idolatre a Einstein, pensadlo bien... no seria aun mas triste q pasara lo mismo pero con, por poner un ejemplo, David Civera?

  45. Anónimo dijo...
  46. ¡ Leches!... ¿ Alguién se acuerda del brazo de Santa teresa que tenia Franco, el dictador, en su dormitorio?. ¿ O la sangre de San Pantaleón y todos los sant@s trocead@s?... Se ve que para algunos Einstein era una especia de santo. Y que también, a la hora de los fanatismos, no te salva ni el pensamiento científico.

  47. laesti dijo...
  48. A mí esta historia tan surrealista me recuerda un sketch de Gomaespuma que hablaba de Reliquiasa, una empresa experta en seguir a los que creían iban a ser futuros santos para recoger sus trocitos de uña y pelo y dárselos a los clientes. Además Reliquiasa vendía los pies de un santo que el día del aniversario de su muerte andaban y recuperaban el olor!!!!!
    El libro que cuenta todo esto promete. Me leí "Breve historia de casi todo" por este blog y me encantó.

  49. ArbeyuDigital dijo...
  50. Esto si que es amor al carpaccio!!!

  51. Anónimo dijo...
  52. Lo de papeárselo me ha gustado. Qué raro que a ninguno de esos pirados no se le haya ocurrido probarlo.
    Seguro que alguno lo hizo pero no se atrevió a grabarlo.

  53. Mariscal de Campo Erwin Rommel dijo...
  54. Joer Aberron,me he quedado loco,conocía parte de la historia pero lo del japonés me ha dejado K.O.
    A ver que es lo siguiente con lo que nos sorprendes.
    Un saludo!

  55. Unknown dijo...
  56. Mierda: no me quedan interjecciones.

  57. Anónimo dijo...
  58. Yo también pensé, en cuanto lo leí, en la manía cristiana (digo cristiana porque es lo que conozco), de guardar trocitos de personas. Impresionante. Por cierto, mi primer comentario en tu blog. Sigue así, te sigo con regularidad.

  59. Anónimo dijo...
  60. siniestro, inquietante y espectacular... pero me hubiera gustado un tener un trozo del cerebro de el gran maestro

  61. Marc Gil dijo...
  62. Eso si que es un fetiche total.

    Somos más raros...quién nos entienda que nos corte a cachitos por favor.

  63. Bernardo dijo...
  64. Llamativo. Reliquias laicas.

    ¿Será el mismo impulso que empujaba a los caníbales a comerse a sus víctimas? ¿El mismo impulso que lleva a colgar esa cabeza de ciervo en el salón? ¿Reducir la cabeza del enemigo y llevarla colgada a la cintura?

    Las reliquias parecen una manifestación netamente humana.

    Realmente curioso.

  65. Hugo dijo...
  66. Si, hay algo inquietante (y fascinante) en esa obsesión, compartida por casi toda cultura humana, de preservar algo de los fallecidos a los que queremos o admiramos, a menudo mediante el procedimiento infalible de comérnoslo.

    Hay un célebre experimento científico que supuestamente mostró que ciertos gusanos aprenden lo que sabían otros gusanos tras comer sus cuerpos. Debe ser verdad, porque lo leí en La Cosa del Pantano (Dios bendiga a Alan Moore).

    http://www.everything2.com/index.pl?node_id=826389

    Fascinante, ya lo creo. Cierto o no.

  67. Anónimo dijo...
  68. No hace falta ni recordar, que los gusanos son a un peores ... esos si que son carroñeros.

  69. Anónimo dijo...
  70. Woooo como cortan el pedacito de cerebro!!! impresionante! yo tambien kisiera un pedacito,, =)
    Graciuas aberron por la info, yo no sabia esa historia de Mr Albert, pobre señor ke final tuvo.

  71. Javi Suárez dijo...
  72. Pues recuerdo que no me acuerdo de qué museo conservan el pene de Rasputin, que se ve que era algo fuera de lo normal, aunque va a ser imposible que se conserve erecto.
    En fin, cosas veredes...

  73. Hibris. dijo...
  74. Lo que hay que ver...no conocía este suceso. Es más...en un principio creí estar leyendo la sinopsis de un libro.
    Sin palabras.

    Mi felicitación por el blog.
    Un saludo.

    Hibris

  75. Unknown dijo...
  76. Que falta de respeto hacia el difunto. ... entiendo el fervor, fue un gran genio, pero esto supera muchos límites morales. Van a hacer lo mismo con hawking?

  77. Anónimo dijo...
  78. Antonio y compañía, no se so conoceis esta URL de abandonos:

    http://www.clubcela.com/

    Saludos.

    Molotov.
    ...

  79. Anónimo dijo...
  80. Fans que arrancan la ropa de sus ídolos, poetas que intentan desenterrar a su amada muerta prematuramente para darle un último adiós, científicos de reputado prestigio que atesoran en formol las vísceras de sus ilustres predecesores, o ancianitos que almacenan toneladas de basura ajena en sus domicilios. Quizá sólo somos miserables criaturas en busca de un sentido mágico para nuestra existencia, ¿no?

    Lost in time, lost in space... And no meaning (The Rocky Horror Picture Show)

    http://www.nuricbotey.es

  81. wraitlito dijo...
  82. Esto es un sacrilegip para alguien que tanto nos dió.
    Saludos.

  83. Daniel Vicente Carrillo dijo...
  84. El tema no es la profanación del cerebro en sí, sino el fetichismo que nos inspira a los modernos la inteligencia, como si fuera el último clavo de humanidad o de sentido al que asirnos. Lejos del amor a lo correcto y del odio a lo incorrecto, sólo nos atrae la potencia bruta de una máquina de pensar.

  85. Anónimo dijo...
  86. Tu sí sabes estremecer con tu mirada...

    No tenía idea de que la Guía para perplejos era una de tus máscaras...

    Mira: http://www.javiermartinez.cl/?p=151

    Saludos.

  87. Johnny Tastavins dijo...
  88. No conocía nada de esta historia y lo que me provoca es asco. Veo que no hace falta "Aquí hay tomate" para encontrar gente enferma y morbosa. Ojo, lo del asco va por Harvey y Cía. no por tí, Aberrón. Saludos

  89. Anónimo dijo...
  90. Aun hoy día existen tribus que comen el hígado de sus enemigos, para adquirir su fuerza, o hacen lo propio con familiares muertos y que de ese modo permanezcan por siempre con ellos.
    El Ser Humano (lo escribo con mayúsculas no porque me parezca importante sino porque... al final casi se le coge cariño) desde sus albores ha divinizado todo lo que no alcanzaba a comprender.

    En esta historia no veo sino otra muestra de cómo aflora en nosotros la superstición ante cualquier situación que nos provoque la mezcla adecuada de miedo y fascinación ante lo desconocido. Da igual que seas un científico de alto nivel con una brillante educación: no te salvas de ser humano.

  91. Anónimo dijo...
  92. ¿Cuando sandrán a subasta? Porque seguro que tarde o temprano lo harán..

  93. Miski dijo...
  94. Me parece una falta de respeto descomunal y más viniendo de gente perteneciente al mundo de la ciencia...lo del oftalmólogo otra pasada...¿todo eso no es delito?

  95. PECE dijo...
  96. Como se puede ser tan hideputa....

  97. Angel dijo...
  98. Wow!... Totalmente impresionado!... lastima que no hayan cumplido el pedido de Einstein de ser incinerado...

  99. Anónimo dijo...
  100. Sinceramente, me parece que este artículo está mal clasificado. En vez de estar en la categoría "Ciencia" creo que lo viene mejor "Animaladas".

  101. maicol salazar dijo...
  102. Es una historia fascinante, se puede destacar la gran nesecidad de las personas por conseguir un recuerdo de su maximo orgullo e idolo, la increible sensacion de atraccion al tener el cerebro, los ojos, o cualquiera de sus partes cercas que marca otro pagina de la historia de un grande como lo fue ALBERT EINSTEIN.

  103. Marco Chile dijo...
  104. En mi pais a eso se le llama astucia, la misma que tuvo el padre Einstein, Saludos a todos Gracias

  105. Anónimo dijo...
  106. La autopsia algun dia se conseguirá que sea algo voluntario por parte de la gente, firmar en vida un papel si la consentirás ó no, porque así como a este señor le robaron los organos a saber que mas cosas hacen tambien hoy en dia con los muertos, no tienen respeto ninguno, cuando einstein quería que lo incineraran...lo malo de estas cosas es que ahora otros como el ruso Grigori Perelman y empiezan a coger miedo y no quieren saber de nadie, y pronto no darán ni sus descubrimientos a nadie, tu darías tus descubrimientos sabiendo que seguro te va pasar como a Einstein?

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