Las águilas han estado aquí durante los últimos 77 años. Gárgolas de acero sobre los taxis amarillos y el humo de la ciudad. Ellas vivieron los días del hambre, la guerra y el music hall. Estaban allí cuando Nueva York se vestía de confetti y la mañana en que se cubrió de fuego.
Las gárgolas le dan a Nueva York lo que tiene de Gotham. Fotografiados sobre ellas, los operarios parecen improvisados superhéroes, locos dispuestos a saltar sobre la multitud.
El edificio abrió sus puertas el 27 de mayo de 1930 y fue durante unos meses el más alto del mundo. El récord le duró medio año, cuando se terminó la construcción del Empire State. Sin embargo, en todas las encuestas los vecinos de Manhattan siguen eligiendo al Chrysler en primer lugar.
De vez en cuando, alguien tiene que subir hasta allí a limpiar el hollín o reparar la iluminación. Entonces, encaramado a la cabeza del águila, uno se debe sentir como el rey de la ciudad.
Más: 1, 2 / Ver también: Cisternas de Nueva YorkSi te apetece, menéalo
