Si el científico es chico, el ratón se estresa

28 abril 2014


El equipo de Jeffrey Mogil, de la Universidad de McGill, en Montreal, estudia desde hace años la respuesta de los ratones al dolor con vistas al desarrollo de nuevos fármacos. Su forma de medir el dolor en estos animales es muy particular porque se basa en los gestos faciales de los ratones, a través de los que pueden interpretar si el estímulo es más o menos fuerte. El sistema es una adaptación del código para analizar el dolor en los bebés, que no se pueden expresar, de modo que si el ratón cierra los ojos, contrae las mejillas y la nariz o retrae los bigotes, los científicos saben qué intensidad está teniendo el dolor en determinado momento.

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