De cómo los inuits se adaptaron a comer ballenas

18 septiembre 2015

Inuit man in his kayak, Port Burwell, Northwest Territories, 1929 / Inuit à bord de son kayak, Port Burwell, Territoires du Nord-Ouest, 1929

Si cualquiera de nosotros comiera carne de ballena y foca durante varios meses es probable que empezáramos a sentir los efectos sobre la salud y a desarrollar algún problema cardiovascular. Sin embargo, los habitantes de Groenlandia, los llamados inuits, llevan siglos sobreviviendo a base de una dieta rica en grasas y proteínas y lo hacen gracias a su particular metabolismo.

Para conocer mejor este fenómeno, el equipo de Matteo Fumagalli ha analizado el ADN de 191 personas inuits con menos del 5% de ascendencia europea y lo ha comparado con los genomas de 60 europeos y 44 chinos. Los resultados, publicados este jueves en la revista Science, identifican una serie de mutaciones interesantes en los genes que regulan la conversión de ácidos grasos omega-6 y omega-3 en grasas menos saturadas y que debieron producirse hace más de 20.000 años, cuando las poblaciones originales cruzaron el estrecho de Bering y se establecieron en lo que hoy es Groenlandia.

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